no te alejes de mí
pues
no te vayas tan lejos
que la hora llega
dicen
que el adiós es a fuerzas
lloro
pero te siento
cuando habitas en mi cuello
andando despacio como caricia
cuando elevas mis frazadas
mi respiración
mis ganas
cada noche tu mano en mi espalda
cada luna tu grito en mi garganta
no te alejes de mí
no
te quiero siempre en el limbo
desde allí no me dejas
estás cerca y te tengo
te prefiero pecador sin perdones
que ángel sin tu cuerpo de brisa
espero
como siempre
tu humedad en mis caminos
tu susurro en mi silencio
habítame
háblame sin voces
con sombras
mátame y llévame contigo
súmame a ti
revisa mis recorridos y haz recuento
merezco la muerte y el paraíso
que para mí el limbo a tu lado
es el cielo prometido
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