martes, 25 de septiembre de 2007

...

acúsame de transgredir tus límites
sácame a la fuerza de tus ojos
desgárrame la locura y la piel encendida
ahógame las ansias
destrózame los dientes
rómpeme la culpa y el deseo
lánzame blasfemias y miedos
mastícame la intención de tocarte
quémame las manos
reviéntame los labios que te buscan
termina con mi existencia de reptil instalado en el sueño de tu arena
lánzame al otro lado de la espera
aniquila mi desértica esencia

y entonces
muerta y seca
mudanza de serpiente carcomida
acerca tu humedad a mi abandono
revive con tu tacto mis mareas
resguarda mi furia renacida en tus pechos
abriga entre tus piernas mis yemas incendiadas
rásgame la piel restaurada
hazla abismo
desnuda de pasados mi memoria
besa el caos de mi boca
desborda en ella tu impaciencia
desvanece tu lengua en la bruma de mi espalda
desequilíbrame el pulso y la conciencia
satura mi sangre con tus voces
revienta las venas
haz tormenta

libérame de razones
cúbrete de incoherencias
confundiendo huracanes y gritos
humedales y hogueras
en la tiniebla de una noche desconocida

ellas

se miran a destiempos, sin alcanzar a coincidir, pero saben que las dos lo hacen. una mira de reojo y la otra voltea cuando algún mesero pasa cerca, disimulando la vista y regresando los ojos rápidamente antes de ser descubierta. pero las dos ya lo han sido. una sabe que la otra la ha observado. otra sabe que la una sólo la mira a ella. se ha convertido en un juego posar las miradas y despegarlas antes de coincidir en un instante. hasta que una decide arriesgarse a perder y no separa su mirada en el momento preciso. la otra voltea. se miran. pretendiendo que el juego sigue, la otra sigue arrastrando la mirada hacia el mesero, pero la una permanece inmóvil. la otra la descubre y admite el cambio en el juego de miradas. regresa a esos ojos. se desnudan ante ellos. una le va quitando a la otra prenda por prenda, capa por capa, sueño por sueño. la otra va desprendiendo a la una de toda distancia, la va acercando sin moverla, sin moverse. en un instante de miradas, la una besa a la otra en fuegos, la otra muerde a la una en incendios. en un instante de miradas, las pieles arden y se abrasan mientras se abrazan sin tocarse. en un instante de miradas, las dos se pertenecen, se rasgan, se besan, se tocan, enfurecidamente se aman. un segundo después los compañeros de una alborotan el contexto, ella ríe, se levanta, se despide, se aleja, sin voltear hacia la otra, sin mirar a sus espaldas. treintaycinco minutos después se abre una puerta, se apaga una lámpara, caen ropas al suelo. la otra dice: “al fin he llegado, no terminaban las despedidas… quiero hacerte el amor como una loca”. la una responde: “no soporto tus miradas. un día de éstos terminaré desnudándote sobre cualquier mesa y en cualquier lugar para materializar eso que hacemos con los ojos cuando nadie se da cuenta”.

lunes, 24 de septiembre de 2007

...

basta decir que el aire trae tu nombre
para saber que ignoro toda condición de sordera autoimpuesta

el viento lo dice
tu nombre es aire
suena como cielo derramado
se escucha como brisa mañanera
sereno de medianoche
ventarrón triste del atardecer

suena tu nombre en el aire
con el aire
por el aire

suena tu nombre como aire
porque de aire son sus letras
sílabas de aire
airosa prosodia

suenas en mi cuerpo
en las sienes
en el sueño

escucho tu nombre con voz de hojas secas
y tierra removida
y polvo transitando

tu nombre
tu brisa
tus labios
aguda fonética evaporada
al calor de mi verano

miércoles, 12 de septiembre de 2007

...

clasifico anatomías
con mis dedos

falsas estructuras de raíces
antiguo intento de olvidar lo inolvidable
grueso escudo que coloco
entre el mundo de tu ausencia
y la sombra de mi vida

busco formas a escondidas
beso labios invisibles
rasgo el aire
sueño en lluvias que renazco

fresca hoja en tallo viejo
nuevo sueño en llanto largo

alegoría de brisa en la noche de mis ojos

tú estás lejos
no importa
la rama naciente que intenta
abrirse mundo en el mundo seco