martes, 23 de octubre de 2007

oscura bipolaridad

he de confesar que no tengo musa personal. no se me da esto de las particularidades, la única que me persigue es la soledad y, por más que trato de zafármela, jamás me deja sola. sé que es esta alma sin cordura y esta mente desequilibrada la que no permite permanencias voluntarias. no soy yo, eres tú, me dice la pobre mente. pobre demente. es ella la que me deja sola, la que no me deja sola para poder estar acompañada.

no tengo musa personal, repito. a veces me las robo, eso hago. las robo de mi pasado o de mis sueños. a veces las robo de la calle, de la tele, de una revista o, incluso, se las robo a mis amigos solo por un ratito. la musa, lo mejor que tiene, es que no es necesario tenerla en tus manos para poseerla. no es necesario ni siquiera que se entere. que te mire. pero, ya que andamos en confesiones, una mirada de la musa es musa por sí misma. tus ojos musos, podemos decir si nos queremos poner más especiales. el caso es que a veces la soledad se descuida tantito, ocupada buscando ociosidades para mis tiempos perdidos, y es cuando descubro maravillas. en uno de esos descuidos, sucedió. un día, sin pensar, decidí robarte. un día, sin decidirlo, lo hice.

sí, claro, estás lejos y yo cerca. no sabías que te había robado hasta ahora, si te reconoces aquí. si te digo que eres tú. y disculpa este desvarío, pero es que las noches son largas, el cielo es vacio, las palabras son huecas y mi piel, tan ardorosa, se deshila. es por eso que lo he hecho. te he robado un poco de eternidad y de gracia, un chorrito de ironía, cinismo combinado y lo que tienes de oscura bipolaridad. no sé si salga algo bueno de la mezcla que hagan estos dedos que son buenos para la mezcla de tierras y las plantas de albahaca, yerbabuena, ruda y rosales. el problema podría estar en la desconexión persistente entre las ideas de la mente y la de ellos, los dedos rebeldes y revoltosos. la materia prima, en cambio, es impecable. buena, extasiante, exquisita. yo la podría devorar. junto con esos ojos de lumbre inquieta, esos labios de mordida latente, ese cuello de llovizna y un dulce mechón de tarde anocheciendo.

algo tienes que el sueño sale corriendo de mi cama cada noche, cediéndote un lugar que jamás llegas a ocupar mientras observo. algo tienes que el aire movilizado me trae tus dedos imaginados y los pasea, como manos descubiertas, por mi espalda y mi cabello. algo tienes que estas letras, tan incautas y controladoras casi siempre, se han puesto flexibles ante el encanto de tu lejanía y esa mirada musa que pinta la imagen de tu existencia a distancia. algo tienes que puedo prescindir de musas prestadas por estas noches pero no de tu esencia robada por mis ojos.

eres como ninfa y me has alumbrado, me has llenado de ti con las cosas que no sé si dices pero dices que las dices. debajo de la falda y de la blusa, en la nuca y sobre los labios, siento una húmeda línea de maravilla que tu lengua inventada dibuja desquiciando lo poco que me queda.

estás lejos y yo cerca. ahora sabes que te he robado, desde que miré y miraste, desde que leí y leíste, desde que sentí y sentiste. ahora sé que voy y vengo por tus ojos.

ahora sé que te siento porque el húmedo hilo de tu lengua está bajando por mi cuello. lento. me pierdo.

me suelto… te siento.

1 comentario:

Mente sin recuerdos dijo...

Cada palabra y cada frase es como un guiño a mi vida, es una traducción, yo jamás podría decir mejor lo que siente como lo dijiste tu con tus palabras, contaste mi historia, gracias por la trducción, es dificil cuando no sabes hablar bien el idioma.