viernes, 6 de mayo de 2016

La belleza de la asimetría

Pasos para lograr la perfección de la asimetría

  1. Mide la superficie en donde necesites visualizar la perfección, a lo largo, ancho y, de ser necesario, profundidad.
  2. Mide el o los objetos a colocar en la superficie. Si son varios, suma sus longitudes (base que tendrá contacto sobre la superficie medida con anterioridad).
  3. Obtén la diferencia. Si es un único objeto, la diferencia se divide en dos. Si son más de dos objetos, la diferencia se divide entre la cantidad de objetos más uno.
  4. Con la medida resultante de la ecuación anterior, distribuye los objetos uno a uno: distancia resultante + un objeto + distancia resultante + un objeto + distancia resultante… Al final debe quedar la misma distancia resultante entre el último objeto y el límite de la superficie.
  5. Observa con detenimiento, mide con la mirada, calcula mentalmente, acaricia, fija los ojos en el centro virtual del espacio y muévelos hacia cada objeto, lado a lado, tratando de encontrar un patrón de tiempo y distancia. Confirma que todo haya quedado perfectamente ordenado.
  6. Pon distancia, el doble de la anterior, entre tú y los objetos.
  7. Repite el paso 5.
  8. Mentalmente elige un objeto, el que sea. Si es sólo uno, elige ese. Visualízalo en su perfección.
  9. Acércate lentamente y, cuando te encuentres frente al objeto, cierra los ojos, toca su perímetro con las yemas de tus dedos, aspira profundo y, cuando exhales, al mismo tiempo empuja el objeto hacia donde tu cuerpo te indique, no importa el lado, no importa si cae o se aleja rodando.
  10. Aléjate y observa de nuevo. Si la asimetría te satisface, puedes retirarte. Si aún no te satisface, repite los pasos del 5 al 9, las veces que sea necesario.
  11. La perfección será dada cuando milimétricamente, sensorialmente, analítica y profundamente, sientas y te envuelva una sensación de perfecta paz inaudita.



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