martes, 1 de noviembre de 2011

podador de palabras

es ese oficio que nunca quieres realizar
la gabardina en verano
el inútil accesorio cuando al cabo lloverá

las palabras soldadas en el cuero cabelludo
escondidas entre mechones
entre ideas retorcidas piquetean como perico
carcomen como herrumbre

y no las quieres
las repudias
haces a un lado su viscosa insistencia
te lavas con jabón antibacterial
les bajas el volumen
te haces el indiferente

pasan días
crees que te las has librado
que ya la hiciste
sales del trabajo ensoñando
planeando la intrascendencia de tu nueva tarde

sabiéndote libre te echas en la alfombra
te sueltas el cabello
ablandas la cabeza
y sin querer se riegan como arena
como hormigas al grito de guerra

las palabras entroncadas
las letras revueltas
las que ya no existían
¿dónde estaban? ¡no es posible!
sabes que no se irán
que hay que acabar con ellas antes de que te maten
no hay tregua

te sientas en la incómoda silla del escritorio y comienzan
una a una
a bajar por el brazo
como sedadas por la flauta de tu teclado
las aguerridas que ahora se abrazan
se cruzan
que mueren y renacen
hasta soldarse autómatas
quietecitas
en la pantalla

te resignas a que tu vida ya no sea normal
ellas siempre ganan y tú
podador de palabras
no tienes voluntad suficiente

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo digo que este en especial es como esos frijolitos que lanzas a un frasco con algodón, esperando que germinen, que crezcan y se multipliquen. me siento como niño de primaria.

joe dijo...

con que no se muera a final de año, como en la primaria... :p