hay veces en que te dejo
sentada
esperando
en la esquina del olvido
días en que no te siento
no te miro
no te contengo
hay noches en que te pierdo
en que
lejana
te diviso en la neblina y tú
apenas perceptible
te reduces a un aroma inventado
hay sueños en que no existes
en que ni el palacio de tus plantas
se asoma ni amanece
hay momentos
sin embargo
en que sulfuras el espacio
te almacenas en mi pecho
te retuerces en mis manos
y existes
infinitamente
indefinidamente
insaciablemente
en mi existencia
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