domingo, 29 de noviembre de 2009

pertenencia

aniquilo todas y cada una
de las enfermas dudas en mi cuerpo
y sin más decido
que he de administrar sin reparos
las pequeñas partes
de mi piel neuronal
de mi piel de fuego:
el deseo febril
la calma
el desasosiego
la lujuria
el ardor
el calor
la frenética ira
el dolor menstrual
la penosa ansiedad
el perfecto desliz
la caída letal
la vida
el día
mi sueño

sin miedos
sin cruces
con tiempo y espacio
me adueño de mi sitio
me tomo y poseo
me pertenezco
y salgo a relucirme
ante los sorprendidos ojos
del mundo al que de mí destierro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con este me voy a la cama, otra vez.